Si comenzamos por el concepto de crisis podría ser: una situación con un alto nivel de incertidumbre que afecta las actividades básicas y/o la credibilidad de la organización y requiere medidas urgentes.
El tiempo que puede una empresa soportar una crisis es variable, depende mucho de la sanidad financiera que tenía antes de la crisis, de la forma en que afronta las adversidades, de la estructura organizacional con la que cuenta, por solo mencionar algunos factores. De hecho, son muchas las empresas que no están preparadas para una situación así, y ven caerse sus proyectos, despedir personal, y en casos dramáticos hasta cerrar la empresa.
De aquí que estando en tiempos de crisis pueden surgir muchas dudas: ¿Cómo saldré adelante?, ¿debo elaborar un nuevo plan?, ¿debo cambiar la meta?, ¿debo cambiar el objetivo?, ¿debo cambiar de negocio?, ¿debo hacer más pequeño mi negocio?, ¿debo brindar menos servicios?
Tratando de responder algunas de esas preguntas, recordemos que la meta nunca cambia, cambia el cómo llegaremos a ella, cómo lograrlo, las rutas, planes para llegar a ella, pero la meta queda intacta.
Nos ayudaría mucho en este proceso el reajustar los procesos para poder llegar a la meta establecida, buscando que el resultado presupuestado se dé. Cómo apoyamos a todas las áreas para que los clientes, sean los menos perjudicados. Acercarnos con los clientes para evaluar si los servicios o productos que hoy día les estamos ofreciendo realmente resuelven la nueva necesidad.
Qué es lo que tiene que soltar o cambiar la empresas para poder sobrevivir estos tiempos y con ellos tener la seguridad financiera y que el negocio pueda sobrevivir.
Para poder sobrevivir en tiempos de crisis, lo ideal es que la empresa contara con un plan claro de ventas, crecimiento, presupuestos por área, KPI que ayuden a medir la rentabilidad de la empresa.
¿Se puede mantener la operación?
Las empresas que tengan un proceso estructurado para su operación, objetivos claros, personas capacitadas, y con sentido de responsabilidad seguramente podrán reajustar sus procesos para que se adecuen a la nueva realidad.
Entre más información de nuestro negocio tengamos, que la calidad de nuestros servicios y/o productos se mantenga intacta, nos apoyará a tener clientes cautivos.
Las crisis no siempre implican interrupción de la actividad empresarial o amenazas directas a la vida, a la propiedad o a los activos, sin embargo casi siempre suponen un peligro en la estabilidad financiera, comercial y hasta laboral.
No existe una receta de cocina para salir adelante en tiempos de crisis, pero es importante tener la mente abierta permanentemente, pensar, hablar y actuar siempre en positivo, pensar fuera de la caja. La crisis obliga a las empresas a innovar, a realizar cosas distintas, para aprovechar las opciones que puede traer la crisis.
Así puedes seguir operando
Podríamos decir que las crisis se caracterizan, por tanto, en su carácter inesperado, es decir, son repentinas y limitan la capacidad de reacción. Además, son imprevisibles y de importancia para todos los grupos de interés de la compañía: accionistas, proveedores, clientes, consumidores. Suponen y exigen la toma de decisiones aún sin contar con toda la información necesaria, y además en un entorno de gran exposición mediática y así poder determinar si se puede seguir operando el negocio y qué nuevo rumbo tendrá.
Podemos decir que, a momentos difíciles, decisiones distintas. Para poder seguir operando, no debemos olvidar nuestra meta a largo plazo, de manera tal que podamos visualizar el cómo mantenernos en épocas de crisis. Y que después de la crisis las empresas salgan fortalecidas.
